sábado, 19 de mayo de 2012

ROSACRUZ

Los Rosacruces enseñan una filosofía de vida que es posible vivir aquí y ahora.

No enseñan temas meramente especulativos que no tengan una aplicación práctica para el mejoramiento de la vida de cada uno de nosotros, y también para poder ayudar a otros a vivir mejor.

Todos nosotros poseemos un caudal inmenso de energías y de potencias que habitualmente desconocemos, pero que, si sabemos sacarlo a flote y aplicarlo debidamente, nos permitirá llevar una vida plena y digna de ser vivida, queriendo decir con esto, una vida llena de realizaciones.
 
En el plano físico, capacitándonos para encontrar nuestra verdadera vocación y nuestra misión en la vida.

En el mundo mental, aprovechando el inmenso potencial de la mente y liberándonos de tensiones, conceptos erróneos y enfermedades mentales que, de una forma sutil o violenta, envenenan nuestro vivir y nos privan de la paz interior.

Esta filosofía de vida enseña, sobre todo, la fusión con los principios espirituales cósmicos, que capacitan a la persona para comprender el propósito de la Creación y poder sentir, así, la presencia permanente del Creador de todas las cosas, el Supremo Arquitecto del Universo, el Dios de nuestro corazón, que cada uno sentimos y comprendemos según nuestra capacidad.

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